lunes, 30 de octubre de 2017

Te añoro

Añoro tu olor de margaritas,
El modo en que bailas
pizpireta,
Añoro cuando veo tu bicicleta,
Sin ver qué pedalean tus piernecitas.

Añoro tus sonrisas maliciosas,
Y si razonas algo
y me desarmas,
Añoro el más fugaz de tus abrazos...
Con tus bracitos chicos de muñeca.

Te añoro cada día que me faltas,
Los lunes son difíciles
Princesa...
Al no tenerte cerca me adormezco,
Me lleno de temor y de tristeza.

Añoro tus luceros casi negros,
Tus manos en mi cuello
si te llevo,
Añoro tus mañanas y ya ceso,
Añoro ser papá todos los días.

jueves, 26 de octubre de 2017

La casa tan vacía

Recuerdo esa escena de love actually en que el personaje de Emma Thompson, una madre de mediana edad que es traicionada por su marido, llora con Joni Mitchell de fondo, con la inefable sensación de pérdida de quien ve como un hogar pasa a ser, en un loco instante de trascendencia, una casa vacía, a pesar de que sus ocupantes siguen allí... Porque la cualidad que hace de una casa un hogar es el amor, y si no has tenido amor en el lugar donde vives aún no es tu hogar.

Mi hogar es estar con mi hija Judith, mi hogar es tener a Dios en mi corazón, pero mi hogar es cuando puedo vaciar mi vida en los cuidados y atenciones que ella necesita, en nuestras conversaciones, en nuestros juegos y nuestras risas... me gusta cada noche, antes de dormir, ir a su cuarto a observar la placidez de su sueño, me pierden sus besos improvisados, su risa, su manera de hablar... entiendo que esto le pasa a todos los padres que aman a sus hijos, sin embargo me apetece contarlo.

Y, cada cierto tiempo, ciertos días, ella tiene que irse de casa. No me quejo, yo vivo las consecuencias de mis decisiones y mis actos. Pero es en estos días que mi casa queda como dice la canción, triste y vacía. Y aunque aquí sigamos los mismos, el hogar pasó a ser una casa, una casa tan vacía que el espacio se traga mis lágrimas y mis llantos ocasionales. Ese pequeño brote de mi simiente que me llena de felicidad pronto volverá a llenar mi casa de sus risas, yo lo sé, y a veces una llamada en la tarde, hace que mi corazón despierte cuando oigo su voz de primera al otro lado del teléfono. En esos momentos el color parece extenderse por el sofá hasta la mesa de cristal, y ella vuelve a llamarme papi... me encanta que me llames papi.

Luego el teléfono se cuelga y vuelvo a ser consciente de cuán vacía está mi casa sin tu metro y quince kilos de vida correteando por todas partes y demandando todas mis atenciones... se me caen los muros de carga y los tabiques, los falsos techos se desploman sin tus risas, las molduras se agrietaron sin tus suaves expresiones de niña dulce encantadora.

Voy a intentar dormir aunque no pueda darte tu beso de buenas noches, aunque si lloras no seré yo quien te consuele, voy a intentar dormir en esta casa que sin ti está vacía de sonrisas, vacía de cariños y sobre todo, vacía de familia.

Little lady of ebony eyes

Little lady, black big eyes...
Sunny dark in the deep deep fall,
Living in my problems
giving sense to the end of every deamed fairy tale,
Little lady inside all my sad songs...

I fell you're going when my tears starts falling,
Little star of my humble pride,
Perfect love rising in my heart...
Both sides now
are known for me thanks to you,
Little lady with dark holes looking at me...

Is not fair if you feel sad,
Terrible justification of my old facts...
You need explanaition, I know,
But to be honest I cant.

martes, 16 de mayo de 2017

Poema innominado 1

Eres tú
la única que me hace desvelar,
Tu sonrisa completa
que no se guarda ni un palmo de tu vida,
Tan sincera...

Flamante ganadora
de la presea de mi pecho,
Dulce gitana,
De tez blanca como la leche,
Dueña de mi amor mundano...

Marcapáginas bendito
del estrecho libro de mi vida,
Con dos botones tan negros,
Que iluminan mis mañanas,
Si me miras...

Me sobran las palabras
y me faltan, si hablo de ti...
Luna de mis noches,
Pies de mis paseos
de elefante...

Te hallé la quintaesencia de lo dulce
y lo femenino,
Princesa rescatada y valerosa,
Cantante y bailarina
Dulce flor que diera mi simiente...